La cuarta y última prueba es sobre el poder de gobernar, el reino, la responsabilidad y la justicia
Allah, subhanahu, puso a Su siervo Dhul-Qarnayn ante una dura prueba: gobernar con equidad en la Tierra, imponer la justicia y garantizar las necesidades básicas de las personas, desde los confines occidentales hasta los extremos orientales. Allah, subhanahu, puso en sus manos todos los recursos posibles, y él no los desaprovechó.
Ciertamente, esta historia es una lección para quienes buscan alcanzar posiciones de poder sobre otras personas sin considerar la equidad, la justicia ni las necesidades básicas de los demás. Dhul-Qarnayn nos enseña cómo un gobernante debe tratar a quienes se niegan a obrar correctamente y, al mismo tiempo, recompensar a aquellos que sí actúan en beneficio de la comunidad.
Con el encierro de Gog y Magog, Dhul-Qarnayn demostró no ser una persona codiciosa ni interesada en retribuciones mundanales; su único deseo e intención eran el bienestar de la gente y la reforma de la Tierra con justicia. No buscó su propio beneficio económico ni contribuyó a la corrupción en la Tierra, sino que priorizó el bien común. Rechazó cualquier compensación material y mundanal por parte del pueblo y se conformó con agradecer a Allah, subhanahu, quien le otorgó el poder, la capacidad y la oportunidad para realizar una obra de tal magnitud.
Ciertamente, todo aquel que desee gobernar con éxito debe pedir ayuda a Su Creador, remitirle todo logro y atribuirle cualquier bendición, tal como dijo Dhul-Qarnayn:
{Esta es una misericordia de mi Señor}.
Este es el comportamiento ejemplar de los gobernantes justos: cuando Allah, subhanahu, les concede grandes bendiciones, su gratitud, reconocimiento y confesión de la gracia de Allah aumentan aún más.
Si analizamos la palabra responsabilidad en su contexto lingüístico, encontramos que proviene del latín responsum, una forma del verbo responder. Por ello, se dice que la responsabilidad es "la habilidad de responder a los compromisos".
En árabe, la palabra مسؤولية (mas'uulía) toma de la raíz del verbo سَأَلَ** (saa'la), que significa "preguntar". Es decir, en el Día del Juicio Final se te preguntará por esa responsabilidad y deberás rendir cuentas sobre el compromiso que tenías: si cumpliste y respondiste adecuadamente con ese cargo o no.